domingo, 14 de octubre de 2007

Sobre la estética

Sócrates establece como lo bueno, al menos para este texto, lo que sirve para algo, lo útil y desde este punto de vista hace equiparable lo bello con lo bueno. Más es una consecuencia: lo bello lo es porque es bueno, luego, lo útil hace que algo sea bello. Ser útil es condición para ser bello, y para evaluar la belleza de un objeto, se debe evaluar su utilidad para el uso al que está destinado; de esta forma, lo que es bello cambiará de acepción si cambia la finalidad a que se destina el objeto y por tanto lo bello que posea será relativo; una belleza que sólo puede ser entendida, comprendida y medida en un contexto específico. Más aún; lo bello de un objeto es propio e incomparable: se puede hablar de grados de belleza en dos objetos disímiles siguiendo la pauta que nos dará el grado de utilidad que tengan con respecto al uso propio de cada objeto, pero resulta absurdo comparar las dos bellezas puesto que sus finalidades son distintas y por tanto lo que es bello para un objeto será feo para el otro, y viceversa; en todo caso se puede comparar la magnitud de lo bello pero no lo bello propiamente dicho. El hecho de no poder comparar lo bello dispar es precisamente la razón por la cual no es posible descubrir qué es lo bello en sí; porque cada objeto o ser posee una forma de ser bello con respecto a algo.

Aristóteles- en el primer capítulo de la metafísica, Aristóteles habla de concepciones fundamentales sobre el arte. Hilando lo anterior de la cuestión de qué es lo bello entre Sócrates y Platón, Aristóteles trae a colación algo más interesante aún: no dice qué es la belleza sino porqué algo es bello o causa placer a la vista, independientemente de su uso. La razón es la información que ese objeto proporciona al espectador, puesto que el ser humano, dice, “tiene naturalmente el deseo de saber” . Esto es lo que alcanzo a dilucidar sobre su postura de lo que agrada a la vista pero no alcanzo a comprender de qué manera se aplica a lo concreto. Acaso la pista la da más adelante en cuanto empieza a hablar de arte y técnica (que, retomará más adelante Vitrubio). En un inicio señala que el arte es la generalización de un conocimiento repetido en un particular (experiencia), y que se diferencia de la técnica (o experiencia, conocimiento de lo particular) en que conoce las causas de lo que produce: la experiencia produce y el arte conoce la causa que produce y por tanto el arte explica la experiencia desde lo general (después Vitrubio retoma estas diferencias y hace un nuevo apartado que las conjuga. A éste poseedor de ambos conocimientos lo coloca encima de el que posee uno solo); al arte le confiere una categoría superior –supongo- por estar más cerca del conocimiento racional identificado con lo humano y más lejano al conocimiento intuitivo o experiencial identificado con lo animal (originado en las nociones sensibles) y entonces vuelvo al asunto de lo bello; Dice Aristóteles que el interés de saber que tiene el hombre se puede comprobar en el placer que siente al observar las cosas fuera de su utilidad (de apreciar lo bello, creo) y que predomina el placer visual por su capacidad de “dar a conocer los objetos y descubrir entre ellos gran número de diferencias” entonces lo bello es lo que permite conocer más sobre el mundo y los objetos, por sí mismos y por contraste. ¿cómo hacer bello a un objeto? Pues se desprende que haciendo que el objeto en sí permita conocer mayormente al espectador. En este sentido se hace necesaria la intervención de quien conoce el arte (el porqué de las cosas) para saber porqué un objeto será bello y por tanto cómo hacerlo. Sigue sin decirnos cómo hacer bello un objeto, pero nos dice cómo debe ser y también señala quién puede saberlo. Aquí, en este asunto, es donde entra Vitrubio

Vitrubio- en su primer capítulo, Vitrubio retoma las ideas Aristotélicas de los que hacen el arte, los que lo entienden, y añade una tercera categoría: los que hacen ambas cosas y están destinados a producir obras bellas. En realidad no alcanzo a discernir para efectos de lo que nos ocupa (lo bello) la posición de Vitrubio. Pudiera ser que se adhiera a Aristóteles en cuanto que lo bello es lo que aporta conocimiento, tan abstracto como esto permanece para mí.

Conclusión:

Las posiciones entre Sócrates y Aristóteles no me parecen encontradas, ni complementarias. Creo que comparten una postura pero divergen en el enfoque: para ambos la belleza es subjetiva en tanto que no es una característica en sí misma sino dependiente del uso en Sócrates y del espectador en Aristóteles. Aún así forzando un poco las cosas, no sé si sea válido decir que en todo caso, (para la postura socrática) si el uso o la finalidad que se ha de dar al objeto es que aporte conocimiento al espectador (que sea bello en el concepto aristotélico) entonces se emparejarían las posturas y la belleza pasaría a ser completamente subjetiva desde ambos puntos de vista.
Entonces, quien puede determinar la finalidad del objeto es el que posee el arte y tendríamos dos tipos de belleza: aquella ligada con la finalidad del objeto (una finalidad práctica o útil, la cual dependería de que cumpla su cometido) y aquella ligada con una finalidad de que el objeto sea bello que también tendría como finalidad cumplir con el cometido que en este caso específico es que sea bello, lo cual queda a decisión del espectador. En ambos casos, el que produce el objeto será quien domine la técnica a decir de Vitrubio, en el primer caso puede ser exclusivamente técnica la factura y derivada de una experiencia pues se requiere que funcione pero no saber el porqué. En el segundo caso (los objeto con la finalidad de ser bellos) es necesaria la intervención de la teoría puesto que el porqué es premisa para que sean bellos (son bellos porque dan a conocer, el que produce debe saber esto para determinar cómo ha de ser un objeto que dé a conocer, y esto pertenece al campo de la teoría).
Vaya pues, sólo el teórico que domina el arte puede producir objetos bellos con la intención de serlo. Y la belleza del objeto será siempre subjetiva, sujeta a si quien la observa conoce a través de ella o no.

1 comentario:

cuitláhuac dijo...

Qué onda, ¿cómo andas?, esto está interesante. Diré algunas cosas brevemente, a ver si sale algo bonito, jeje.

No sé si tienes en cuenta que, tanto para Sócrates como para Platón, el arte, es siempre "tecné" -un saber hacer-. Un tipo de ciencia inferior a la filosofía o las matemáticas. Sin embargo, cuando piensan al arte, no están pensando las artes libres -pintura, poesía, escultura, etc.-, sino, efectivamente, como aludes en tu post, en ellos "arte" refiere siempre a técnicas de creación de objetos útiles. De ahí que su cumplimiento no se agote en la belleza, sino en funcionar de acuerdo al fin con que se corresponde, de acuerdo al tipo de idea de la que participe.
Y en este sentido, toda "tecné", todo arte, se parece mucho más la capacidad técnica de elaborar artefactos -camas o mesas,objetos de utilidad cotidiana, etc.- que propiamente al genio para crear obras de arte. De ahí que para Sócrates y Platón, el arte tiene que ver mucho más con la idea de Bien que con la de Belleza. (Cf. Ión y República X)
No obstante, aquello que hoy día entendemos por arte, se parece mucho más a aquello que los griegos comprendían por "poiesis"-creación "entusiasta", mediatizada por los dioses-, y no tanto por lo que entendían como "tecné" -en tanto saber hacer-.
Pero no hay que dejar de lado, justo en este punto, que Platón, siguiendo un tanto la postura de Sócrates, expulsa a los poetas de la República( Cf. República VII).
Y por otra parte, recuerda que la ontología platónico-socrática, es una ontología trascendente, la verdadera realidad no es la material inmediata, sino la del "topos uranos". Así, todo objeto que goce de materialidad, es ontológicamente inferior a aquellos que son meramente ideales. De ahí que todo arte, tanto "tecné" como "poiesis", en realidad no se correspondan con la Belleza, al menos no dentro de la ontología platónico-socrática.(Cf. Fedro y Banquete)
Lo de Aristóteles es un tanto aparte, dado que su ontolgía sí es materialista, él sí puede pensar -en algún grado-, la correspondencia entre arte y belleza, e incluso la relación entre ésta última con el sujeto. Sin embargo, creo que radicalizar la postura del subjetivismo, o bien, de las diferentes teorías de la recepción y la experiencia estética, y trasladarla hasta el pensamiento de los griegos es un tanto aventurado. El juicio de gusto: el decir, "esto es bello para mí", no es condición de legitimación de una experiencia estética, ni para los griegos ni para los modernos, pues, para los primeros: lo bello puede ser discernido a partir de sus parámetros ontológicos, de acuerdo a la correspondencia real entre los objetos y las ideas de las que participe, o de su relación con el Dios- en el caso de Aristóteles-; y, para los modernos tampoco, pues, en todo caso, ya se toman en cuenta los parámetros históricos, y las nociones de arte abiertas por las distintas estéticas.
Y bueno, para aclarar un poco más esto, creo que ninguna de estas estéticas apuestan mucho por el lugar que desempeña el sujeto en lo que tiene que ver con lo Bello. Tal vez un tanto con el arte, pero como ya medio he mencionado, sólo con el arte que no es sino artesanía. Y, en el caso de estas ontologías, creo que ni el artista ni el espectador, o receptor, o el teórico, pueden dar cuenta a cabalidad de lo bello ni del arte -entendido en tanto "poiesis"-. El artista queda descartado cuando es sólo artesano, porque este saber hacer es de objetos útiles y no de arte poiético. Y el artista-poeta, también queda descartado, porque su obra no es suya, sino de los dioses y las musas que lo poseen y lo usan como medio. Del lado del espectador no tiene sentido preguntarse por la interpretación del arte, no en el ámbito griego, pues el espectador no hacía experiencia del arte en términos racionalistas ni de contemplación, sino de experiencia viva y como simulacro religioso. Pero ese creo es otro tema, también bastante amplio.
Así pues, ya pa no hacer esto más largo, creo que no es posible fundar una perspectiva subjetivista para discernir lo bello, a partir de sus relaciones ni con el arte, ni con lo útil, ni con lo Bueno. Al menos no en los griegos, ni desde Platón ni desde Aristóteles. Efectivamente hay modos de pensar lo Bello, y el arte. pero de una manera distanciada de la categoría del "sujeto", y por tanto del subjetivismo.

Espero no haber sido demasiado fastidioso con esto, lo digo en serio, he comentado porque me ha parecido interesante todo esto, - por algo he estudiado esa carrerucha de filosofía, jeje, pero bueno, espero andes chido, y pues haber qué te parecen los comentarios, puntos de vista y observaciones.
Saludos chaval!