lunes, 3 de diciembre de 2007

No hay mal que por bien no venga

Las cosas salen mal... pero de pronto (a saber si por iniciativa o por suerte) cambian y vuelven a salir bien... Es la ley de los transformer.

domingo, 2 de diciembre de 2007

más sobre estética

entonces, ¿se podría coincidir con Platón diciendo que sí existe algo que es bello en sí mismo bajo la idea aristotélica de que lo bello expresamente es aquello pensado para proporcionar conocimiento dada la naturaleza curiosa del hombre, y que lo bello en sí ess justamente lo bello expresamente creado para se bello bajo estos términos?

sábado, 24 de noviembre de 2007

maraña

Comienza cuando empiezas a sospechar que comienzas a querer (¿cómo?) a alguien, y se complica cuando no sabes siquiera si quieres (mucho menos si debes) tomar por ciertas tus sospechas... Luego, entra a escena alguien quien sin conocerte cree que quisiera llegar a ser... ¿tu pareja?, caso en el cual estás en total desacuerdo, pero el asunto es que tú necesitas quién te quiera y está a la mano... sólo que eso no lo quieres (como siempre) y lo que quieres no sabes siquiera si lo quieres. Y después estás tú. A quien quise pero decidí que no podía quererte... pero aún te quiero sólo que, otra vez no sé cómo.



Y esta maldita nostalgia...

DIECISÉIS DE JULIO

…y La Virgen entró a la iglesia. Detrás de ella, una multitud sonriente, cantante, gozosa y casi histérica inundó el templo, arremolinándose en cada recoveco de la estrecha nave para poder observar mejor el fruto (¡por fin!) de todos sus esfuerzos. Detrás de ellos entró Antonio.

Era el decimosexto día del mes Carmelitano cuando Don Ambrosio salió apresuradamente de su taller ubicado en la calle de 5 de mayo en el mero centro de Tetelcingo. Tropezó con su única totola y cayó de bruces, sin embargo y casi sin notar el leve goteo cálido y pegajoso que escurría sobre su cuello se dirigió hacia la casa de Doña Carmen, la mayordoma. Al llegar tocó insistentemente y cuál fue la sorpresa que se llevó Doña Carmelita al ver aparecerse frente a ella el mismo espectáculo que venía soñando desde hacía quince noches: ni falta hubo de decirlo. La Virgen estaba lista y sin mediar palabra subieron al campanario improvisado que se encontraba en el techo de la casa de quien, durante casi medio siglo había sido la autoridad religiosa y social de ese lugar.

Al escuchar las campanas Antonio supo que lo que más temía al fin se había cumplido: abrió los ojos y observó cómo toda la gente abandonaba sus labores y casi despavorida se enfilaba hacia la plaza. Varios pasaron a su lado sin notarlo, sin perturbarse por su desnudez; iban absortos en un ensimismamiento propio de quien ve cumplirse subiendo el vadito, recto tres cuadras y en la cuarta a la izquierda, su más grande deseo. Lentamente procedió a recoger sus pertenencias y lo primero se calzó sus cacles; luego el resto de la ropa en un ademán que, si alguien hubiera tratado de descifrar, pensaría que denotaba indiferencia; pero Antonio estaba profunda, mortalmente triste.

Dentro del desorden general, Luz trataba de encontrar a Antonio. Las palabras que él le había dicho le traspasaron el corazón, y ahora creía comprender que no podía vivir sin él. Para ella, el arribo de Antonio al pueblo fue un ventarrón que de golpe abre las ventanas y renueva el aire viciado en un segundo. Acosada desde la secundaria por José, ella se resignaba casi, a una vida tranquila y sin sobresaltos. No conocía el amor, y por lo mismo, no sufría. La vida seguía su ciclo.
La primera vez que lo vio fue en la tienda de Doña Amadita; él compraba un kilo de huevo y ella quedó casi estática al verlo. No era la primera vez que veía hombres de fuera, pero él poseía una belleza particular, acaso el oscuro encanto de la indiferencia, acostumbrada, como ella estaba, a ser el objeto de chiflidos y piropos. Él la ignoró casi por completo sólo regalándole un “buenas tardes” que en la cortesía llevaba la penitencia. Varias veces volvió Luz, pero nunca lo encontró, hasta que de boca de La Chole se enteró que su nombre era Antonio, que era carpintero o algo así, y que estaba viviendo en la casa de Don Ambrosio, el encargado de tallar la imagen de la patrona del pueblo, luego que la antigua fue robada por dos gringos. Según parece ayudaba a Ambrosio en esta tarea, aunque si quería conocer la opinión de Chole (que no quería, pero qué remedio); era “medio para allá” pues no hablaba con nadie y más bien, frecuentemente se le veía bañarse “totalmente encuerado, Luchita…” allá por el vado. Desde ese día a Luz se le clavó una espina en el cuerpo, y se propuso por alguna razón ir a casa de Don Ambrosio con algún pretexto; cualquier pretexto.

Francisco estaba entre las cañas cuando lo oyó acercarse. Entonces y casi por instinto se agazapó esperando ver emerger ante sus ojos cualquiera de las imágenes a las que estaba acostumbrado: Un grupo de lavanderas que iban a la poza para enjuagar su ropa, un arriero que pasaba con relativa frecuencia, sus hermanitos yendo a robar los higos de Chabelita y Vicente… Nunca se esperó ver a Antonio encaminándose a un recodo que hacía el vado, más allá de cualquier campo; y lo siguió más por curiosidad que otra cosa, saltando entre los matorrales y caminando silencioso como un felino nocturno entre las ramas. La tarde moría y el cielo entre azul y violáceo le ayudaba a esconderse; entonces Antonio se detuvo y comenzó a desvestirse. Cuando lo hubo hecho, se acostó en el lecho del río permitiendo que el agua corriera sobre, bajo y al lado de su cuerpo, llevándose los residuos de madera que el día le había impregnado. Conteniendo la respiración, Francisco contempló aquella escena y cuando después de poco más de media hora Antonio se incorporó al fin, sin saber cómo ni porqué, sin comprender si era un sueño o realidad, salió de su escondite y se aproximó a Antonio, quien se limitó a esbozar una sonrisa que Francisco quiso interpretar como un saludo…
Ahora que sonaban las campanas por todo el pueblo, Francisco comprendió finalmente lo que desde un principio le había anunciado Antonio: el amor como todo en la vida, excepto Dios, tenía un fin.

Antonio abandonó esa misma tarde el pueblo, tras recibir su pago de Don Ambrosio. Salió en dirección al sur pero su camino como su vida era incierto. Sabía que llegaría a otro lugar, amaría a alguien más y sería amado; pero también sabía que sólo Dios es eterno y que tarde o temprano acabaría sintiendo nuevamente el vacío propio de quien ha decidido vivir para sí mismo. Nadie lo siguó y nadie se dio cuenta. Desapareció de la vista entre una leve nube de polvo amarillo.

Era dieciséis de julio y Tetelcingo estaba de fiesta.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Nostalgia de ayer

Esa jodida ansiedad.

Maldita perezosa. Una tarea se vuelve interminable: un descanso es una búsqueda histérica e infructuosa. Una acción cuesta horas, días, meses de planeación y se va a la mierda en unos instantes porque alguien no reservó, o por cualquier cosa. Uno ha de llamar por teléfono, confirmar con sus amistades; pero eso no es lo peor, ni siquiera lo malo. Lo malo, lo verdaderamente jodido es hacer cosas incompletas, que te distraigan a poco de tu gran vacío, de esforzarse recio para salir de una cotidianidad que no satisface (creo firmemente que hay cotidianidades que satisfacen), de sentir siempre lo incompleto que está uno, de que siempre le fata un pedazo. Nunca está uno bien, en paz, tranquilo.
Creo que lo jodido es saber que la vida de uno pudo ser mejor, que lo vislumbra uno y sin embargo estira la mano y nunca llega. Tratar de asir lo que por alguna (se intuye cuál) razón es inalcanzable y saber con certeza que lo que se desea está al alcance de la voluntad... Y no tocarlo. Lo jodido es ser plenamente responsable del aquí y ahora.

Pero más jodido aún es que ayer no era así.


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sábado, 10 de noviembre de 2007

¡gracias, mano!

"Tengo una soledad tan concurrida, tan llena de nostalgias y de rostros de vos, de adioses hace tiempo y besos bienvenidos."

-(me la dijo) Benjamín. A saber de dónde la sacó, pero eso en todo caso es irrelevante.

jueves, 8 de noviembre de 2007


chales, ahora resulta que soy vanidoso.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Lotería!

un pequeño fragmento...

"El clóset supone que la persona siente que no revela a los demás la verdad sobre su ser. El secreto supone que la persona no quiere revelar una información sobre lo que hace, no una verdad fundamental sobre su ser."

del artículo MASCULINIDAD, POR LOS SENDEROS DE LA IDENTIDAD de Guillermo Núñez Noriega; del suplemento Letra S de la jornada. publicado el 1o. de noviembre de 2007.

http://www.jornada.unam.mx/2007/11/01/ls-opinion.html

saludos desde flickr.com

¿qué tiene octubre con las nostalgias? ¿o será noviembre, con sus muertos?

Busqué en la red el nombre de mi amigo de hace 16 años, cuando viví en canadá y di con una foto. Tras varios mensajes resulta que según parece sí es él, y le envié un correo. Espero su respuesta.

domingo, 28 de octubre de 2007

la música salva

Ayer. Concierto de la octava sinfonía de Mahler (de los mil) en la sala Silvestre Revueltas del Ollin Yoliztli.

Yo canté esa obra tiempo ha... hace como 11 años más o menos, en un coro infantil. Ahora, reconocerme entre el público.

La música empieza y los niños están alineados a ambos lados de la sala. Reconozco sus trajes: togas rojas, vino, azules con cuellos verdes y también -cómo no- azules con cuellos amarillos. Me motiva venir a ver a mi diva personal: la soprano Conchita Julián quien con una sola nota se hizo eterna en mi memoria: el dulcissima de Carmina Burana. Canté con ella también (eso en la sala Nezahualcoyotl) hace más de 11 años (¿12, 13?). Bueno, el caso es que veo a los niños y por arte de Dios sabe qué prodigio los reconozco: ahí están Gabi Natasha, Alberto, Kuri, Oriana, Marcela, Diana... ahí estoy yo también en un momento -digamos bueno- de la vida. Ahí estoy sin culpas, prejuicios, "asuntos....". Me veo y me avergüenzo, me doy lástima en lo que me he convertido; pero de momento estoy ahí entre ellos, cantando y sintiéndome feliz porque cantar en este momento es más importante que otra cosa y llevo años haciéndolo también.
La música tan poderosa transforma a quien la oye pero trasfigura a quien la canta (toca, dirige, supongo...). Estoy contento aquí y ahora y de momento quiero ser parte de ello nuevamente. Me digo que no hay más importante que estar sobre el escenario, cantar... En fin, pensamientos cursis, poco destructivos (ajenos, creo...). De todas maneras no estudio mi lectura, solfeo, vocalización.

Termina el concierto y me doy cuenta que trato de entrar por una puerta que no está abierta. Choco contra el cristal. Porque he crecido y tengo 22 años, y el momento -ahora sí- es ahora.

domingo, 14 de octubre de 2007

Oscar Hagerman

“En diseño industrial nos enseñan a buscar formas originales, pero la riqueza más grande es hacer un mundo que le pertenezca a la gente y lo sientan suyo porque eso es lo que da felicidad. Si tu casa no tiene que ver contigo no es nada."


Oscar Hagerman en nota de Elena Poniatowska en edición del 14 de octubre de 2007 del diario "La Jornada"

Sobre la estética

Sócrates establece como lo bueno, al menos para este texto, lo que sirve para algo, lo útil y desde este punto de vista hace equiparable lo bello con lo bueno. Más es una consecuencia: lo bello lo es porque es bueno, luego, lo útil hace que algo sea bello. Ser útil es condición para ser bello, y para evaluar la belleza de un objeto, se debe evaluar su utilidad para el uso al que está destinado; de esta forma, lo que es bello cambiará de acepción si cambia la finalidad a que se destina el objeto y por tanto lo bello que posea será relativo; una belleza que sólo puede ser entendida, comprendida y medida en un contexto específico. Más aún; lo bello de un objeto es propio e incomparable: se puede hablar de grados de belleza en dos objetos disímiles siguiendo la pauta que nos dará el grado de utilidad que tengan con respecto al uso propio de cada objeto, pero resulta absurdo comparar las dos bellezas puesto que sus finalidades son distintas y por tanto lo que es bello para un objeto será feo para el otro, y viceversa; en todo caso se puede comparar la magnitud de lo bello pero no lo bello propiamente dicho. El hecho de no poder comparar lo bello dispar es precisamente la razón por la cual no es posible descubrir qué es lo bello en sí; porque cada objeto o ser posee una forma de ser bello con respecto a algo.

Aristóteles- en el primer capítulo de la metafísica, Aristóteles habla de concepciones fundamentales sobre el arte. Hilando lo anterior de la cuestión de qué es lo bello entre Sócrates y Platón, Aristóteles trae a colación algo más interesante aún: no dice qué es la belleza sino porqué algo es bello o causa placer a la vista, independientemente de su uso. La razón es la información que ese objeto proporciona al espectador, puesto que el ser humano, dice, “tiene naturalmente el deseo de saber” . Esto es lo que alcanzo a dilucidar sobre su postura de lo que agrada a la vista pero no alcanzo a comprender de qué manera se aplica a lo concreto. Acaso la pista la da más adelante en cuanto empieza a hablar de arte y técnica (que, retomará más adelante Vitrubio). En un inicio señala que el arte es la generalización de un conocimiento repetido en un particular (experiencia), y que se diferencia de la técnica (o experiencia, conocimiento de lo particular) en que conoce las causas de lo que produce: la experiencia produce y el arte conoce la causa que produce y por tanto el arte explica la experiencia desde lo general (después Vitrubio retoma estas diferencias y hace un nuevo apartado que las conjuga. A éste poseedor de ambos conocimientos lo coloca encima de el que posee uno solo); al arte le confiere una categoría superior –supongo- por estar más cerca del conocimiento racional identificado con lo humano y más lejano al conocimiento intuitivo o experiencial identificado con lo animal (originado en las nociones sensibles) y entonces vuelvo al asunto de lo bello; Dice Aristóteles que el interés de saber que tiene el hombre se puede comprobar en el placer que siente al observar las cosas fuera de su utilidad (de apreciar lo bello, creo) y que predomina el placer visual por su capacidad de “dar a conocer los objetos y descubrir entre ellos gran número de diferencias” entonces lo bello es lo que permite conocer más sobre el mundo y los objetos, por sí mismos y por contraste. ¿cómo hacer bello a un objeto? Pues se desprende que haciendo que el objeto en sí permita conocer mayormente al espectador. En este sentido se hace necesaria la intervención de quien conoce el arte (el porqué de las cosas) para saber porqué un objeto será bello y por tanto cómo hacerlo. Sigue sin decirnos cómo hacer bello un objeto, pero nos dice cómo debe ser y también señala quién puede saberlo. Aquí, en este asunto, es donde entra Vitrubio

Vitrubio- en su primer capítulo, Vitrubio retoma las ideas Aristotélicas de los que hacen el arte, los que lo entienden, y añade una tercera categoría: los que hacen ambas cosas y están destinados a producir obras bellas. En realidad no alcanzo a discernir para efectos de lo que nos ocupa (lo bello) la posición de Vitrubio. Pudiera ser que se adhiera a Aristóteles en cuanto que lo bello es lo que aporta conocimiento, tan abstracto como esto permanece para mí.

Conclusión:

Las posiciones entre Sócrates y Aristóteles no me parecen encontradas, ni complementarias. Creo que comparten una postura pero divergen en el enfoque: para ambos la belleza es subjetiva en tanto que no es una característica en sí misma sino dependiente del uso en Sócrates y del espectador en Aristóteles. Aún así forzando un poco las cosas, no sé si sea válido decir que en todo caso, (para la postura socrática) si el uso o la finalidad que se ha de dar al objeto es que aporte conocimiento al espectador (que sea bello en el concepto aristotélico) entonces se emparejarían las posturas y la belleza pasaría a ser completamente subjetiva desde ambos puntos de vista.
Entonces, quien puede determinar la finalidad del objeto es el que posee el arte y tendríamos dos tipos de belleza: aquella ligada con la finalidad del objeto (una finalidad práctica o útil, la cual dependería de que cumpla su cometido) y aquella ligada con una finalidad de que el objeto sea bello que también tendría como finalidad cumplir con el cometido que en este caso específico es que sea bello, lo cual queda a decisión del espectador. En ambos casos, el que produce el objeto será quien domine la técnica a decir de Vitrubio, en el primer caso puede ser exclusivamente técnica la factura y derivada de una experiencia pues se requiere que funcione pero no saber el porqué. En el segundo caso (los objeto con la finalidad de ser bellos) es necesaria la intervención de la teoría puesto que el porqué es premisa para que sean bellos (son bellos porque dan a conocer, el que produce debe saber esto para determinar cómo ha de ser un objeto que dé a conocer, y esto pertenece al campo de la teoría).
Vaya pues, sólo el teórico que domina el arte puede producir objetos bellos con la intención de serlo. Y la belleza del objeto será siempre subjetiva, sujeta a si quien la observa conoce a través de ella o no.

sábado, 13 de octubre de 2007

Segunda nostalgia por las madrugadas

Se encuentran, donde sea, como sea.

Se van a algun lugar. Hacen el amor.

Se levanta. Son las cuatro. Se viste rápido, sin hacer ruido y sale. Se aleja por la calle desierta.

Es madrugada.

viernes, 12 de octubre de 2007

La nostalgia por las madrugadas



















Nan Goldin, "Guido on the dock" Venice, 1998



















Nan Goldin, "Jens hand on Clemens back" Paris, 2001



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deslinde

orale pues. Mil cosas que no se entienden y que en realidad no tienen ningún sentido. Hacer una asamblea con la convicción de que quien te va a oír sabe perfectamente lo que vas a decir y sin embargo finge que le interesa (o que le importa). Desgañitarse en medio de un gran concierto caótico de desgañitados viendo quién atrae mayor atención.

¿quién sabía que hubo un cadáver de ballena pudriéndose hace 4 años en una playa frente a un lujoso fraccionamiento en Acapulco?
¿quién se emociona ante la posibilidad (nótese: no es hecho, sino posibilidad) de casualmente ver cómo se desnuda el secreto objeto de su deseo? (siente cómo se le traba la garganta, los nervios lo traicionan; pero cómo atesora esos 5, 10 minutos que se van como agua)

Ya no se escribe nada.

domingo, 7 de octubre de 2007

Maya

una cintura tropical fértil y pacífica. Cambiante como tus humores se empeña en ocultar o reslatar su redondez a voluntad

refrito de mi mismo

De mis memorias desde New York:

"Estoy hospedado en un hotel llamado Imperial Court que está en una fase de remodelación. El pasillo nunca mediría 1.20 reglamentarios y es intrincado y complejo. Sólo salva la restricción anti-incendios porque tiene una puerta atrancada que da directamente al vestíbulo desde otro extremo del pasillo. El hotel es la personificación de la decadencia apasionada de ese Nueva Cork de Leonard Cohen o Nan Goldin, que yo creo un minuto de él vale más que una vida en el de Madonna o Donald Trump. Muchas personalidades, muchas intensidades. Me siento sobre invadido porque sé que estoy en el epicentro de ello; pero es eso, ahora lo explico mejor. Unas ganas de vivir una vida (otra, pero mía) El Chelsea Hotel acaso no pasa de un molde. De todos modos me imagino en este mismo lugar viviendo una historia de amor tormentosa y apasionada (la única que valga la pena).Y me lleno de incertidumbre porque mañana será otro día."

Es bonito este momento. lo puse porque me gustó. Detesto los blog autobiográficos que hablan de si me fue bien o no en el trabajo. ¿iré a caer en ello?

lunes, 24 de septiembre de 2007

Memoria y desmemoria

Me dijo mi padre que los ancianos tienden a olvidar lo reciente pero guardan los recuerdos del pasado remoto.

Mi abuelita siempre que la visito me cuenta una historia, distinta y a la vez la misma. A veces cambia detalles, omite cosas... en fin, lo que hacen todas las abuelitas al contar sus recuerdos pero no recuerda lo que comió ayer... Me quedo pensando...

¿será que es mejor recordar un pasado vivido que la sombra del presente? ¿qué sucede con lo que no se quiere recordar? Cuando tenía doce años murió un amigo -es cierto, no muy cercano para esas fechas- pero amigo más que compañero. Murió al caerle un tablón en la cabeza en el patio de la secundaria. Durante todo el tiempo que lo supe no tuve el mínimo sentimiento o la mínima sensación de haberlo perdido. No fue hasta que me asomé a su ataúd que pude ver su cara, recuerdo con exactitud sus labios secos, morados con una especie de costra blanca casi imperceptible. Labios de muerto. Entonces me solté a llorar tan fuerte; lo comprendí al fin y me sobrepasó, me abrazó una antigua maestra de primaria y me consoló, me calmé. Sin embargo fue más de lo que pude soportar: fue un evento que nunca pude comprender, para mí Rubén no murió, y aunque vi su cadáver espero volver a verlo algún día en alguna reunión de exalumnos de la primaria y si no va, pensaré simplemente que no quiere vernos.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

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- ... el amor es siempre tan efímero ...
- no recuerdo haber pedido la eternidad

. . . . . EscAparAte . Teatro Carlos Lazo



viernes, 14 de septiembre de 2007

fotografía



Fotografía. ¿qué significa, qué es? Escribir con luz. Letra luminosa.
¿Para usted qué es la fotografía?

Mmmh... es un instante. No es un instante, es la interpretación. La fotografía destruye el instante, o lo transforma... o... Crea. Crea a partir de un instante un conglomerado de signos, un símbolo. Iconografía.
FOTOGRAFÍA. ICONOGRAFÍA
Grafía, grafos...

Para mí la fotografía es querer apoderarse del intante: poseerlo. Capturar el momento, pretender que el tiempo es tangible y que la foto es instante. Es tener un puñado de arena en las manos y abrirlas para encontrarlas vacías, como tratando de absurdamente poder dejar el tiempo en suspenso y regresar a vivirlo. Un asidero a la ansiedad de no saber cómo vivir ni cuándo es el presente.

Engaño. La fotografía son sólo palabras.


jueves, 13 de septiembre de 2007

yo.


Este, que ves, engaño colorido, que del arte ostentando los primores, con falsos silogismos de colores es cauteloso engaño del sentido;

éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores,
triunfar de la vejez y del olvido,

es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado;

es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.

-SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ-

Definition

En algun momento de mi vida me topé con un poeta que se llamaba a si mismo definition. No tengo ni idea de porqué escribo un blog. No sé porqué ni para qué existen, pero supongo que simplemente me contagió el interés tanto el de ANTROBIOTICA como el de mi amigo narc idiot.
Ah! definition. pues definirse. mmmh... era eso que no sé para qué hago eso, es como dirigirse a un auditorio vacío o dirigirse a miles de oídos sin saber si acaso escuchan lo que uno dice o solo le ven mover la boca cual grotesco pescado en manos de niño ocioso (todos, cualquiera).

Ayer hice mi preconsulta en fac. de psic. ¿dudas?